Abriendo los ojos a una nueva percepción

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Consultas de Un Curso de Milagros

¿Alguna vez has sentido que lo que ves no es toda la verdad?

Que lo que perciben tus ojos se queda corto… Que hay algo más, algo que no puedes tocar, pero que sabes que está ahí. Todos hemos tenido momentos en los que nos cuestionamos nuestra manera de ver el mundo y a nosotros mismos. Y si te dijera que existe otra forma de mirar, una visión que va más allá de las apariencias, ¿te abrirías a descubrirla?

Un Curso de Milagros nos enseña justo eso: a soltar esa forma limitada y pequeña en la que estamos acostumbrados a ver, y a abrir nuestros ojos a lo que realmente importa. Imagina por un momento que pudieras ver el mundo con los ojos del amor, los ojos de Dios, o si prefieres, con una perspectiva mucho más elevada.

Imagínate ver unidad donde antes había separación; ver perfección donde solo encontrabas defectos; ver amor donde antes había miedo. Esta nueva visión, esta mirada transformadora, es lo que nos ofrece el Curso. Y hoy, vamos a recorrer juntos los pasos necesarios para hacerla realidad.

Como guías en este camino —y lo digo tanto si eres maestro del Curso, como si estás comenzando ahora— nuestra labor no es solo aprender algo nuevo o comprender una teoría… Se trata de transformarnos, de cambiar por completo nuestra forma de percibir, para convertirnos en un ejemplo vivo de lo que enseñamos. Porque sí, es posible ver el mundo de otra manera. Y cuando lo hacemos, todo cambia.

Vamos a recorrer este proceso paso a paso. El primero es uno de los más difíciles, pero también el más liberador: soltar el ego.

Soltar el ego: ese pequeño “yo” que nos limita

El ego es esa vocecita interna que insiste en que somos individuos separados, frágiles, carentes… que necesitamos luchar por lo que queremos porque, si no, el mundo nos lo arrebatará. ¿Te suena familiar? Es normal; todos hemos escuchado al ego. Es quien alimenta nuestro miedo, nuestra culpa, y nos mantiene atascados viendo solo problemas y separación. Pero, ¿y si te digo que eso no es lo que somos realmente?

El Curso nos recuerda que, en esencia, somos uno con Dios y con todos los que nos rodean. Somos completos, perfectos, amados y dignos, aunque a veces lo olvidemos. Pero para ver esto con claridad, necesitamos soltar las creencias del ego que nos limitan. Sí, es difícil al principio; el ego no se deja soltar tan fácilmente. Pero créeme, cuando empezamos a hacerlo, algo cambia. Sentimos una especie de libertad, como si nos quitáramos una mochila que llevábamos cargando sin darnos cuenta.

¿Y cómo hacemos esto? Con prácticas sencillas pero poderosas:

  • Obsérvate con compasión: Reconoce tus pensamientos sin juzgarte. Solo míralos pasar.
  • Pide ayuda al Espíritu Santo o a esa voz sabia dentro de ti: Pídele que te guíe para soltar lo que no necesitas.
  • Dedica unos minutos al día a meditar, aunque sea en silencio, conectando con esa parte de ti que sabe que eres mucho más que un cuerpo.
  • Suelta el apego a lo externo: Logros, relaciones, posesiones… No necesitas identificarlas con lo que eres.

Cuando empiezas a soltar el ego, te das cuenta de que no estás solo, ni separado de los demás. Y eso te lleva al siguiente paso: el perdón.

Perdón: la clave que abre los ojos

Si hay algo que el Curso enseña una y otra vez es que el perdón no es un regalo para los demás, es un regalo para ti. Porque perdonar no significa justificar lo que pasó o ignorarlo, sino mirar más allá. Se trata de soltar los juicios, el resentimiento y la culpa para poder ver la inocencia que hay en cada persona, incluida en ti mismo o misma.

Imagínate cómo cambia tu día si en lugar de reaccionar con enfado, eliges perdonar. Si en vez de ver al otro como un enemigo, lo miras como alguien que también está aprendiendo, igual que tú. Sé que no es fácil, pero cuando lo haces, tu visión cambia: el mundo deja de parecerte un lugar hostil y empiezas a encontrar paz en todas partes.

Y aquí viene lo importante: como maestros, o como personas que quieren transformar su manera de ver el mundo, debemos ser el ejemplo. Si perdonamos, inspiramos a los demás a hacer lo mismo.

Confia en algo más grande

Una vez que soltamos el ego y practicamos el perdón, el siguiente paso es confiar. Confiar en que no estamos solos, en que hay una guía interna que nos muestra el camino si estamos dispuestos a escuchar. Llámalo Espíritu Santo, intuición, o tu voz sabia interior; da igual el nombre. Lo importante es que está ahí, siempre disponible, solo que a veces no la escuchamos porque el ruido del ego es demasiado fuerte.

Escuchar esta guía es sencillo: solo tienes que parar, respirar y pedir ayuda. Y aquí viene lo difícil: confiar. Confiar en que lo que escuchas, sientes o intuyes, es lo correcto. Porque cuando lo haces, empiezas a ver milagros a tu alrededor. Todo cobra sentido.

Mira con los ojos del amor

Al final del camino, cuando sueltas el ego, perdonas y confías en la guía del Espíritu Santo, sucede algo maravilloso: empiezas a ver con los ojos del amor. No es magia, aunque a veces lo parece. Es simplemente cambiar de perspectiva. Ya no ves separación, sino unidad. Ya no ves problemas, sino oportunidades. Y lo más importante: ves la luz en ti y en los demás.

Esa es la visión espiritual que Un Curso de Milagros nos ofrece. Es posible, y está al alcance de todos. Lo único que necesitas es tu voluntad para recorrer este camino y tu decisión de mirar con otros ojos.

Y ahora te dejo una pregunta para reflexionar: ¿Estás dispuesto o dispuesta a cambiar tu visión del mundo y descubrir la paz que siempre ha estado en ti? Porque si lo estás, el cambio empieza hoy, contigo. Y te aseguro que, cuando tu visión cambia, todo cambia.

Consultas de Un Curso de Milagros

Recursos y enseñanzas que ayudan a profundizar en Un Curso de Milagros. Acompañamos a los estudiantes del curso en su viaje de despertar espiritual

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