Cuando no entiendes lo que ves, el amor te guía

C

Abrazar la incertidumbre para recordar la paz que vive en ti

Inspirado en la Lección 3 del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros

Deja que estas palabras sean un refugio, una pausa que te reconforte cuando las dudas, la confusión y los juicios parezcan consumir tu mente. Eres inmensamente amada, amado, en cada instante. No necesitas tener todas las respuestas ni comprender todo lo que ves o experimentas; el amor te rodea y te sostiene incluso cuando parece que el mundo se vuelve incomprensible.

Habrá momentos en los que lo que está frente a ti no tenga sentido: situaciones, objetos, relaciones, emociones que te desconciertan o te generan preguntas como ¿qué significa esto? ¿Por qué me siento así? ¿Por qué parece tan importante o tan vacío? Es en esos momentos de incertidumbre cuando Jesús y el Espíritu Santo te invitan a soltar la necesidad de entender. El significado que buscas en las cosas no se encuentra en ellas, sino en la paz que siempre está esperándote dentro de ti.

Durante tanto tiempo has intentado comprender el mundo que te rodea, asignándole propósitos y significados que parecían darte estabilidad, seguridad, y una sensación de control. El ego te ha enseñado que entender es dominar, que organizar tus ideas sobre todo lo que ves es esencial. Sin embargo, Jesús, con infinita compasión, te recuerda que esta necesidad de entender no es otra cosa que una carga que te aleja de la verdad que ya resides en tu interior.

No entender lo que ves no es una señal de fracaso. Más bien, es una oportunidad para detenerte y reconocer que tu sistema de interpretación —basado en el pasado, en tus juicios y en las asociaciones que has fabricado— no puede mostrarte el propósito verdadero de lo que miras. Ese propósito nunca fue algo que el ego pudiera alcanzar, porque está más allá de lo material, más allá de lo que tus ojos ven.

Cuando observas lo que te rodea, desde lo más pequeño hasta lo más grande, es natural que algunas cosas despierten más emociones, más preguntas, más asociaciones. Quizás hay objetos que consideras esenciales, personas que amas profundamente, situaciones que te generan ansiedad o alegría. Pero el amor te invita, con ternura, a dejar a un lado todas esas cargas emocionales y a mirar todo de nuevo, con ojos frescos, dejando el juicio atrás.

En realidad, tú no entiendes nada de lo que ves porque el significado que le diste fue construido desde el ego. Fueron tus juicios y asociaciones los que le otorgaron importancia o irrelevancia, valor o rechazo. Sin embargo, detrás de todo lo que ves, Jesús te muestra con paciencia que cada cosa es igual en su posibilidad de llevarte al perdón y a la paz. No importa si es algo que consideras vital o insignificante, grande o pequeño, todo puede ser utilizado para guiarte hacia el recuerdo del amor que eres.

El ego trata de convencerte de que algunas cosas son más importantes que otras, que ciertos eventos o personas tienen mayor peso en tu vida. Pero este sistema de separación solo crea más confusión, más tensión. Jesús te invita a soltar esta jerarquía de valores y a observar cada cosa con igualdad. Todos los objetos, todas las situaciones y todos los encuentros se vuelven igualmente útiles para el propósito del perdón cuando los miras con amor, en lugar de juicio.

Puede resultar difícil aceptar que no entiendes nada de lo que ves. Tu mente, acostumbrada a buscar explicaciones y patrones, puede resistirse, sintiéndose vulnerable o insegura. Pero Jesús te dice con suavidad: Está bien no saber. No necesitas comprender todo para ser profundamente amada y sostenida. Es en esa humildad, en esa disposición a dejar ir tu necesidad de interpretar, donde encuentras una paz que no depende de nada externo, una paz que estaba contigo desde siempre.

Este es el regalo detrás de la aparente incomprensión: soltar todas las asociaciones del pasado que oscurecen tu percepción y te mantienen atrapada o atrapado en patrones de miedo. Cada objeto que miras, cada situación que experimentas, se convierte en una oportunidad para liberar tu mente y abrirte a una visión fresca, libre de juicios.

Puedes mirar tu entorno y darte cuenta de que no necesitas entender para amar. No necesitas buscar significado en las cosas para encontrar conexión. Lo único que debes hacer es permitir que el amor remplace tus dudas, tus interpretaciones y tus juicios, recordándote que, aunque no entiendas lo que ves, estás siendo guiada, guiado hacia la verdad.

A menudo, lo que no entendemos puede despertar frustración o temor. Quizás hay momentos en los que las preguntas parecen interminables: ¿Por qué sucede esto? ¿Qué debo hacer? ¿Qué significa todo esto para mí? Pero incluso en esos instantes de incertidumbre, el amor no se aleja. Jesús te acompaña, caminando a tu lado, ayudándote a soltar el peso de las interpretaciones y a descansar en la paz que viene de confiar.

El camino hacia el despertar no requiere que tengas todas las respuestas ni que comprendas cada cosa que cruza tu mirada. Lo único que se te pide es que estés dispuesta o dispuesto a soltar la carga de entenderlo todo, confiando en que el propósito verdadero se revelará en el momento perfecto.

No importa cuántas preguntas tengas ni cuántos momentos de confusión atravieses; el amor nunca te abandona. Estás guiada, guiado por esa luz que no necesita explicaciones, por esa paz que no depende de lo que entiendes.

Hoy, puedes mirar a tu alrededor y sentirte libre de la necesidad de clasificar, interpretar o analizar. Puede ser liberador aceptar que no necesitas entender lo que ves para estar completamente segura, seguro, completamente protegida, protegido. Cada objeto, cada situación y cada encuentro es igual en su capacidad de llevarte al propósito del amor y del perdón.

Confía en el proceso que estás viviendo. Confía en que no entender puede ser lo que necesitas para abrirte al entendimiento verdadero, ese que no requiere palabras ni explicaciones, sino solo una aceptación abierta y amorosa. Jesús te acompaña en cada paso, ayudándote a despejar el ruido de los juicios y las asociaciones pasadas para que puedas ver cada cosa con frescura y paz.

Dale permiso al amor para guiarte hoy. Incluso cuando no entiendas lo que ves, puedes abrazar la certeza de que estás siendo sostenida, sostenido por una fuerza infinita que no tiene preguntas, solo respuestas basadas en paz. A través de este acto de rendición, de soltar el peso de las interpretaciones y abrirte a una nueva forma de mirar, encontrarás una libertad que te recordará quién eres realmente.

Eres inmensamente amada, amado, sin importar lo que comprendas, sin importar tus dudas o resistencias. No necesitas entender nada para ser el amor que siempre has sido. Confía en que todo lo que ves y experimentas puede llevarte más cerca de esa verdad. Estás protegida, protegido y envuelta, envuelto en el amor perfecto que nunca te abandona.

Consultas de Un Curso de Milagros

Recursos y enseñanzas que ayudan a profundizar en Un Curso de Milagros. Acompañamos a los estudiantes del curso en su viaje de despertar espiritual

Redes sociales