
Hay otra forma de darte a conocer: tu voz genuina es la llave que abre todas las puertas.
La paradoja del disgusto: el punto ciego que ahoga tu comunidad y programa
¿De verdad no te ha pasado nunca? Un pequeño roce. Ese momento en el que alquilen comenta que el grupo está “demasiado centrado en teoría”. O aquel que te lanza una mirada de expectación, esperando una promesa concreta: “¿Me vas a ayudar a dejar de sufrir?”
Da igual si llevas años transmitiendo Un Curso de Milagros o facilitando psicoterapia con el texto: nos hemos formado, hemos asistido a retiros, has publicado vídeos, tienes experiencia y autoridad, tu contenido es sólido… y, sin embargo, ahí siguen esos síntomas. La incomodidad silenciosa. El desánimo porque la comunidad no crece como imaginabas. Personas que llegan buscando la cura para una relación, la promesa para el cuerpo, o que se aferran a la diferencia, la jerarquía, la comparación.
Lo que más duele —por mucho que lo sepas intelectualmente— es sentir que no logras transmitir fondo y forma. Que el mensaje de transformación se queda encajonado en fórmulas de “branding” espiritual, promesas discretas, copy persuasivo (¿cuánto tiempo llevas afinando tus páginas de ventas?) y yet, el perdón no brota allí donde lo necesitas: en tu propia mente.
En tu mirada. En el dolor silencioso del ego que quiere diferenciar y separar, que crea jerarquías entre tus programas, tus participantes y sus necesidades.
No hay disgusto pequeño. La raíz está siempre en ti, y no en los algoritmos ni en el CEO de turno. La gran pregunta surge aquí:
¿Puedes diseñar tu estrategia de marketing para tu acompañamiento, programas, talleres, consultas o membresías, de modo que no caigas en la trampa de vender “soluciones externas”?
¿Puedes enfocar todo para invitar a la autoindagación honesta sobre la causa real del sufrimiento y abrir un espacio donde la mujer y el hombre se reconozcan iguales, vulnerables, y capaces de perdonar?
Por qué la causa no está fuera: el ego, el perdón y la ilusión de las jerarquías en tu comunicación
Nunca estamos disgustadas o disgustados por la razón que creemos. Da igual si la queja llega por miedo, depresión, celos, ansiedad, ira… la forma engaña, todas son la misma: la elección invisible del ego.
Nos obsesionamos con el mundo, con lo que ocurre fuera —el algoritmo, el diseño, el engagement, la tasa de apertura, el pipeline— y, mientras tanto, la atención se nos escapa ahí donde nunca actúa ningún plan de marketing: en la mente.
El ego siempre busca probar que eres víctima de algo externo. Que el mastermind, el taller avanzado, la formación presencial, la nueva certificación o el último workshop online pueden salvarte de un problema “especial”, grande o pequeño.
Pero la verdad es mucho más radical: el contenido subyacente de culpabilidad es lo que impulsa la incomodidad, las emociones desagradables, la necesidad de diferencias y promesas de mejora.
Ejemplos que seguro te suenan:
- Una mujer busca sesiones contigo para “dejar de sentir ansiedad laboral”, convencida de que el problema es su jefe.
- Un hombre solicita acompañamiento porque “quiere superar el duelo” y espera que tú le des una solución rápida.
- Un terapeuta lanza a su comunidad preguntas del tipo: “¿Qué te duele más? ¿Tu relación o tu salud?”
Todo esto refuerza la jerarquía de ilusiones que nos separa y nos mantiene atrapadas, atrapados en la mente dualista del ego.
La invitación al marketing espiritual: autoindagación, unidad y contenido real
Si el enfoque es corregir la percepción y sustentar el perdón, el marketing no puede ser un escaparate de “soluciones externas”.
Lo revolucionario entonces es invitar, desde cada espacio digital, a la autoindagación de la mujer y el hombre que buscan acompañamiento. No prometer cambios en la forma, sino abrir la puerta a que miren dentro y vean qué parte de sí está eligiendo al ego como su maestro.
De ahí surge una forma de comunicar y promocionar que:
- Invita a observar la propia mente, no a buscar un culpable fuera.
- Posiciona tus sesiones como espacios donde la corrección de la percepción y el perdón son la propuesta, no la gestión del síntoma externo.
- Enfoca las publicaciones, newsletters, landing pages y stories en la pregunta fundacional: “¿Dónde está la fuente de tu sufrimiento? ¿En el jefe, en la relación, o en tu mente?”
- Rompe el ritual de ofrecer “la solución definitiva” y abraza la extensión del amor, la humildad, el compartir entre iguales.
- Utiliza el contenido digital para sembrar vulnerabilidad, compartir experiencias de resistencia, fracaso, cambio lento. Así se crea comunidad real, donde cada mujer y hombre se reconoce en otra, en otro.
Cómo evitar el especialismo y la jerarquía de necesidades en tu estrategia digital
El marketing, si se pretende alineado con UCDM, nunca puede repetir la trampa tradicional: “Consigue la paz en diez pasos”, “Sé la persona que tu pareja merece”, “Supera el miedo al juicio con este reto”. Todo esto refuerza el especialismo —esa defensa del ego que grita: “yo, yo, yo”— y perpetúa el ciclo de diferencia y competencia.
En la práctica, esto requiere:
- No prometer resultados mundanos, como éxito social, salud física, reconciliación exterior.
- No vender tu programa como más “especial” que otros, ni tú como “maestra gurú”, “facilitador único”, “psicoterapeuta avanzado”.
- Derribar la jerarquía interna: la ansiedad laboral no es menos ni más importante que el duelo, la depresión no es más grave que el enfado, el miedo a perder followers no es menos hiriente que el miedo al abandono.
- Compartir testimonios y anécdotas donde tus propios fracasos y dudas están presentes, no solo los éxitos y “transformaciones”.
- Ofrecer espacio comunitario donde todas las voces, dudas y resistencias tengan valor, sin categorizar ni prometer ascensos rápidos.
Cómo sembrar la autoindagación y el perdón en cada touchpoint digital
Al final, lo que importa no es cuánto se pulan las campañas, sino si tu comunicación revela autenticidad y amor. Los ejercicios y pautas concretas pueden acompañarte, pero la práctica real comienza en la vulnerabilidad. Aquí tienes algunos gestos que pueden transformar tu estrategia:
- Haz preguntas abiertas en tus contenidos, no respuestas rápidas: “¿Qué forma concreta toma tu disgusto hoy?”, “¿Cuál crees que es la causa?”
- Relata historias propias, errores, resistencias internas, sin maquillarlas. Una facilitadora puede compartir cómo la culpa la bloqueó en un lanzamiento, un psicoterapeuta puede narrar su miedo a no ser suficiente frente a las expectativas del grupo.
- Ofrece microespacios compartidos: pequeños foros, cafés virtuales, audios cortos, donde la gente pueda expresar sus pequeñas y grandes molestias, evitando categorizar.
- Anima a la comunidad a examinar colectivamente la causa interna de su incomodidad, en vez de buscar explicaciones fuera.
- Comparte que tú también sigues eligiendo (y deshaciendo) al ego, que no eres especial ni estás “por encima” en ningún proceso.
Cómo sostenerte ante la resistencia: autenticidad, amabilidad y desapego en tu práctica de marketing
El proceso no será cómodo. Habrá días de desánimo. La amabilidad contigo, con las mujeres y con los hombres que te siguen, se convierte en principio vital. No es exigirte perfección, ni obsesionarte con métricas o comparativas. La amabilidad es el suelo firme sobre el que se edifica tu proyecto digital y, sobre todo, tu paz.
- Hazte amiga, amigo de tu propia resistencia. Cuando la motivación decaiga, date el permiso de fallar, de repensar la fórmula, de pedir ayuda.
- Invita a tu audiencia a seguirte, no como seguidora o seguidor, sino como igual. Reconoce públicamente errores y cambios de rumbo.
- Observa si te identificas demasiado con los resultados, cifras, likes y shares. Recuérdate que la causa no está ahí, sino en tu forma de mirar y elegir.
- Crea contenido solo cuando sientas que extiendes algo útil y verdadero. No te obligues a publicar si lo haces desde el miedo o la comparación.
- Utiliza la pausa creativa como forma de amabilidad: dejar espacios en blanco, silencios para que puedan habitar el contenido internamente.
¿Y si el perdón fuera tu mejor mensaje de branding?
Olvida el storytelling perfecto o la narrativa heroica. Si todo es ilusión, toda historia es igual de efímera. Lo único que permanece es el perdón. Así que ¿por qué no convertirlo en el corazón de tu marca, tu proyecto y tu comunidad?
- Haz del perdón tu principal mecánica de contenido: relatos de perdón, ejercicios prácticos, compartir miedos y celos, no como obstáculos sino como escenarios de práctica.
- Propón retos de introspección donde las mujeres y los hombres no alcancen una “meta”, sino la honestidad de mirar la causa en su mente.
- Permite que la humildad y la igualdad sean elementos diferenciadores de tu estrategia. La facilitadora y el facilitador, el psicoterapeuta y la psicoterapeuta: todos siguen aprendiendo, practicando, fallando y corrigiéndose según la voz interna de Jesús.
- Incluye el auto-perdón como parte de tu comunicación: reconoce tus propias trampas de especialismo y diferencia, hazlo público, deja que la gente te vea humana, humano.
Checklist práctico para tu marketing espiritual y estrategia de proyectos UCDM
- ¿Invitas siempre a la autoindagación sobre la causa interna, sin enfocarte en promesas externas?
- ¿Tu contenido deja abierta la puerta al error, a la vulnerabilidad, al proceso inacabado del perdón?
- ¿Te comunicas desde la horizontalidad, reconociendo la igualdad entre tus participantes y tu rol de facilitadora, facilitador, psicoterapeuta?
- ¿Evitas crear jerarquías de necesidades en tus programas, campañas, webs y redes?
- ¿Incluyes testimonios donde se refleje la amabilidad, la resistencia, el cambio lento y no solo el éxito radiante?
- ¿Extiendes el contenido desde el amor, la honestidad y el desapego de los resultados?
Reflexiona. Escribe. Habita el proceso.
Cuando la única estrategia real es la honestidad: el legado de tu proyecto y tu paz
Al final, toda técnica se queda corta si no nace de la honestidad. Aumentar la visibilidad, captar participantes en tus programas, fomentar la comunidad, sí; pero sin perder de vista que todo eso son formas, no el fondo.
El fondo es la corrección de la percepción, la humildad de aceptar que no hay diferencia entre la grandeza de un webinar y el pequeño comentario en tu cuenta secundaria de Instagram.
El marketing espiritual para facilitadoras, facilitadores, maestros y psicoterapeutas de Un Curso de Milagros es una práctica viva. Es la decisión de mirar la resistencia interna, la necesidad de ser especial, el pequeño disgusto por cada fallo técnico, y recordarte —siempre— que la única causa está en la mente, y que el perdón es posible aquí y ahora.
¿Estás dispuesta, estás dispuesto a dejar de buscar fuera la causa de tu visibilidad, tu éxito y tu paz? ¿A realizar cada acción de marketing desde la profunda vulnerabilidad de saberse igual, imperfecta, imperfecto, y capaz de perdonar todo?
No hay disgustos pequeños: así, tu proyecto podrá crecer también sin violencia, sin exigencias autoimpuestas, sumando el amor y la extensión como motores auténticos de transformación..
Test de autoevaluación
INSTRUCCIONES
Este test es un espacio para reconocer honestamente el clima interior que sustenta tu proyecto digital, tus estrategias de comunicación y la forma en que ofreces servicios de acompañamiento desde UCDM. No responde a un examen, ni a exigencias externas, ni a comparativas de rendimiento. Es una invitación a observar con lucidez el lugar desde el que comunicas, creas contenido o presentas tus ofertas, sabiendo que tu única función es servir desde la verdad y la unión.
PREGUNTAS (Marca A, B o C en cada una)

