
LECCIÓN 4: Estos pensamientos no significan nada. Son como las cosas que veo en esta habitación […].
Lección 4 del Libro de Ejercicios de UCDM
A veces la mente se convierte en un escenario de marionetas. Cada pensamiento, cada juicio, se cuela como un actor viejo recitando líneas aprendidas. Si te detienes un instante, notarás el ruido constante: opiniones, recuerdos, miedos de hace veinte años, deseos prestados de la adolescencia o de tu madre, tu padre, voces que ni reconoces de dónde vienen, pero que, curiosamente, creíste siempre tuyas.
¿Te acuerdas de la última vez que la idea de “le he dado a todo… todo el significado que tiene para mí” te removió por dentro? El suelo tembló bajo tus pies, y tu percepción del mundo perdió de golpe ese brillo indiscutible de “lo real”. No fue cómodo, pero sí liberador. Ahora viene una propuesta aún más descarnada de Un Curso de Milagros: los pensamientos que tienes —todos, sin excepción— no significan nada. Sí, nada.
Hoy toca atravesar ese desierto en el que la mente intenta defender su reino, y solo preguntando con honestidad puedes cruzarlo. ¿Te atreves a abrazar diez preguntas que te sacuden y te vacían, para que puedas mirar tus pensamientos sin huir ni idealizarlos? Porque de eso va la Lección 4 de UCDM; desmontar el escenario y, por fin, ver lo que hay cuando baja el telón.
La verdad bajo el pensamiento: ¿por qué importa mirar de verdad?
No se trata solo de negar el valor de tus pensamientos como quien se encoge de hombros. No basta decir cuatro palabras sentidas a medias. Reconocer que “estos pensamientos no significan nada” exige agallas, vulnerabilidad. Implica mirar cara a cara todo lo que pasa por la mente y confesar, aunque duela, que nada de eso es más real o importante que una sombra al mediodía.
Dar respuesta profunda a las preguntas incómodas de la lección es vital porque de ellas depende que atravieses el umbral que separa la repetición insípida del aprendizaje verdadero.
Son preguntas que no buscan respuestas teóricas, sino que te arañan por dentro y te invitan a dejar de identificarte con esa maraña de ideas gastadas. Desde ahí, desde ese punto cero —ni arriba ni abajo, ni risa ni llanto—, empieza el milagro de la transformación.
Si las esquivas, tu práctica será como intentar vaciar el mar con un colador. Pero si te quedas y sientes la sequedad incómoda de todo lo que creías tan tuyo… puedes, por primera vez, empezar a ver.
1. ¿Qué significa decir que “estos pensamientos no significan nada”?
Respuesta
Parece una provocación, ¿verdad? Un ataque a tu identidad misma. Y, sin embargo, es la puerta. “Estos pensamientos no significan nada” quiere decir que la infinidad de pequeños discursos mentales no tiene peso real, no es verdad. No porque sean “malos” —sino porque son producto del pasado, del ego, de la costumbre de interpretar la vida desde la separación.
Mira un pensamiento cualquiera: “hoy va a salir mal”, “necesito que me valoren”, “tendría que esforzarme más”. ¿Verdad que siempre lleva el olor a nostalgia, o a resentimiento, o a deseo no satisfecho? No son el presente, son niebla.
Por qué es clave esta pregunta
Porque si no lo ves, si sigues defendiendo la importancia de tus pensamientos, nunca podrás ser libre de ellos. El ego sobrevive dándote razones para creer que pensar es vivir, que tus pensamientos son “tú”.
Como debe afectar a tu práctica
- La próxima vez que te sorprendas repitiendo un pensamiento, solo observa.
- Suéltalo, repite: “esto no significa nada”.
- Déjalo pasar. Como una nube que ni siquiera te mojará los pies.
2. ¿Por qué compara esta lección los pensamientos con las cosas que veo?
Respuesta
Porque, igual que los objetos de tu habitación, las ideas en tu cabeza parecen tener un peso, una densidad, un color propio, pero en realidad son sólo imágenes. Así como das significado a una silla o un adorno familiar, crees que tus pensamientos son “hechos” y no invenciones.
Por qué es clave esta pregunta
Permite desmontar la creencia de que el mundo de dentro (la mente) es más real, más noble, que el mundo de fuera (los objetos). Si ves la igualdad, empiezas a soltar ambas ilusiones.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Mira a tu alrededor y repítelo mirando un mueble y después una idea: “Nada de esto tiene significado real”.
- Iguala. Afloja el apego al teatro mental y al físico.
3. ¿Qué sucede si me aferro al juicio sobre mis pensamientos?
Respuesta
Te haces prisionera, prisionero de la mente. El juicio, decir “esto es bueno, esto es malo”, ata el pensamiento a una identidad rígida. Te vuelve espectadora, espectador de una batalla interminable.
Por qué es clave esta pregunta
Porque solo entregando el juicio puedes empezar a ver sin miedo, y dejar que los pensamientos pasen, sin anclarlos, sin defenderlos.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Cuando llegue el juicio, obsérvalo.
- Siéntelo sin añadir ni quitar: “este pensamiento tampoco significa nada”.
4. ¿Cómo se relaciona esta lección con el propósito del tiempo y el pasado?
Respuesta
Cada pensamiento que tienes lleva el perfume del pasado: una decisión vieja, una manía nacida en algún momento de tu infancia, una herida que nunca cerró. El ego usa el tiempo para fabricar su contexto, para que nunca estés realmente aquí.
Por qué es clave esta pregunta
Si no comprendes que el tiempo es la argamasa del ego, seguirás repitiendo patrones y creyendo que el presente está contaminado para siempre por la historia.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Cada vez que notes un pensamiento recurrente, pregúntate: ¿esto es mío ahora, o es solo pasado repitiéndose?
- Recuerda: solo este instante es real; lo demás, ceniza.
5. ¿Por qué es importante dejar de juzgar si los pensamientos son buenos o malos?
Respuesta
Mientras sigas discriminando, sigues atrapada, atrapado en la red del ego. El ego adora los catálogos: lo que piensas “bien”, lo que piensas “mal”. Dividir, separar, ordenar. El amor y el perdón están más allá de ese lío de categorías.
Por qué es clave esta pregunta
Porque si perdonas solo lo que “te conviene”, nunca habrá milagro verdadero.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Di la frase sobre pensamientos que te disgustan y también sobre los que te gustan.
- Si ves que te cuesta soltar uno “bueno”, detente y míralo: ¿por qué me aferro tanto?
6. ¿Cómo afecta esta práctica la percepción que tengo de mí como pensadora, pensador?
Respuesta
Empiezas a vislumbrar que no eres la suma de tus pensamientos. Que hay algo detrás, una quietud, una presencia que observa sin apego.
Por qué es clave esta pregunta
Si sigues identificándote con la pensadora, el pensador, todos los intentos de paz serán juegos mentales. Pero si sueltas esa identidad, queda espacio para una verdad más amplia, no dual.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Cada vez que te asalte un pensamiento molesto o repetido, pregunta: ¿quién lo observa?
- Permítete sentir el silencio detrás del ruido.
7. ¿Cómo me ayuda esta lección a cultivar imparcialidad y humildad mental?
Respuesta
Al practicar sin preferencia —sin seleccionar pensamientos “especiales”— te vas haciendo humilde, imparcial. Comprendes que no hay ideas más valiosas que otras; solo nubes cruzando el cielo.
Por qué es clave esta pregunta
El ego busca siempre el lugar privilegiado, defender “mis opiniones”, “mis verdades”. El milagro ocurre cuando todo pensamiento recibe el mismo trato.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Aplica la frase sobre ideas absurdas y sobre ideas “importantes”.
- Agradece cada vez que logres no seleccionar ni excluir.
8. ¿Qué significa que los pensamientos son herramientas del ego en la ilusión de separación?
Respuesta
Que cada pensamiento que afirma tu unicidad, tu soledad, tu drama personal, es un ladrillo más en el muro de la separación. El ego usa los pensamientos para recordarte que “eres diferente, incomprendida, incomprendido, herida, herido”.
Por qué es clave esta pregunta
Es el truco maestro del ego: fabricar diferencias eternas.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Ve el truco cada vez que un pensamiento te aísle, te haga menos o más que el mundo.
- Sonríe. Dite: “Otro pensamiento sin significado”.
9. ¿Qué provoca el reconocimiento de que los pensamientos no significan nada?
Respuesta
Una sensación de ligereza. Un vacío que primero asusta, después libera. Como si dejaras caer una mochila llenísima de piedras que nunca fuiste tú.
Por qué es clave esta pregunta
Porque hasta que no experimentes esa ligereza, sigues defendiendo el peso de tu historia, tus creencias.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Permítete el asombro, incluso el vértigo, de ver que tus dramas no eran tan sólidos.
- Guarda silencio unos segundos. Descubre el espacio entre ideas.
10. ¿Qué indica esta lección sobre nuestra relación con el ahora?
Respuesta
Nos invita a descubrir que solo en el presente —sin las cadenas del pasado— puede nacer la visión verdadera. El ahora no necesita pensamientos, solo presencia.
Por qué es clave esta pregunta
Si sigues proyectando pasado al presente, no podrás ver la inocencia, la paz, el milagro. Si habitas el presente, las ideas ilusorias se diluyen.
Cómo debe afectar a tu práctica
- Cuando la mente huya hacia historias pasadas, tráela de vuelta: “Aquí, ahora, los pensamientos no significan nada”.
- Usa lo que ves, lo que piensas, para recordarte que siempre puedes empezar de nuevo.
La rendición, sin fórmulas
Quizá después de leer esto no quieras practicar. Quizá sí. Quizá te mueras de ganas y luego te olvides. Da igual. La honestidad de mirar, aunque sea solo una vez, el ruido mental sin disfraz, ya es un acto de revolución pacífica. No hay que hacerlo “bien”, no hay que esperar lucidez ni paz instantánea. Solo seguir, mirar de reojo, dejar que una frase de Un Curso de Milagros te acompañe al trabajo, en el baño, en el atasco. Darte el permiso de fallar y volver.
El proceso de desapegar significado a tus pensamientos es radical: sin atajos, sin adornos. No importa si tardas un mes o diez años. La vida, la tuya, la de la mujer que lee, la del hombre que duda, la del niño, la de la anciana, tiene permiso para reiniciarse en cualquier momento. Solo tienes que atreverte a mirar: ¿y si todo lo que pienso no es más que eco sin dueño?
Sigue. Déjate acompañar por el extrañamiento, por el vacío, por la sensación de estar perdiendo un suelo falso para descubrir el verdadero. El Curso siempre insinúa que, detrás de toda resistencia honesta, se esconde el milagro, la paz callada. Quizá la próxima lección no resuelva todo, ni lo pretenda. Solo te pide seguir mirando, con la sencillez de quien aprende a ver otra vez. Y eso, por sí solo, está bien.
Test de autoindagación
INSTRUCCIONES
Este test está diseñado como una herramienta de autoindagación para acompañar la práctica de las lecciones. No se trata de aprobar ni reprobar, ni de demostrar conocimiento, sino de mirarte con honestidad y reconocer dónde te encuentras en tu proceso.
El test contiene 20 preguntas, cada una con tres posibles respuestas: A, B o C. Elige la opción que más se acerque a lo que realmente sientes o piensas, no la que creas que “deberías” responder. Aquí no hay respuestas correctas o incorrectas; lo importante es ser sincero contigo mismo.
Al final, podrás evaluar en qué punto estás y qué aspectos puedes seguir trabajando para avanzar en tu camino espiritual. Tómalo como una oportunidad para reflexionar y profundizar en tu práctica, no como un examen.
PREGUNTAS (Marca A, B o C en cada una)

