La Ilusión de la Percepción: Explorando la Lección del día 7 de Un Curso de Milagros
La lección 7 del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros te invita a dar un paso fundamental hacia una nueva comprensión del tiempo y la percepción. Cuando Jesús te dice que “sólo ves el pasado“, está señalando una verdad profunda sobre la forma en que experimentas el mundo a tu alrededor.
Piénsalo por un momento. Cuando miras una taza, ¿realmente la estás viendo tal como es en este momento? O más bien, ¿estás revisando tus experiencias pasadas relacionadas con ella? Recuerdas haberla usado para beber, sentir su textura, incluso pensar en su diseño. Todos estos son recuerdos del pasado que proyectas sobre lo que percibes ahora.
Lo mismo ocurre cuando miras cualquier otra cosa en tu entorno. Tus ojos no están captando la realidad presente, sino que están filtrando todo a través de tus experiencias y pensamientos previos. Por eso nada de lo que ves “significa nada“ – el significado que le das proviene de tu pasado, no de lo que realmente está frente a ti.
Esta es una idea realmente desafiante, ¿verdad? Estamos tan acostumbrados a creer que vemos el mundo tal como es, que cuesta trabajo aceptar que en realidad sólo estamos viendo el reflejo de nuestro propio pasado. Pero es precisamente este hábito de proyectar el pasado lo que nos impide ver la realidad presente con claridad.
Jesús te está pidiendo que hagas un esfuerzo consciente por observar el mundo de una manera diferente. Cuando mires a tu alrededor, repite frases como “Sólo veo el pasado en este lápiz“ o “Sólo veo el pasado en esa cara“. Esto te ayudará a darte cuenta de cuánto dependes del pasado para darle sentido a lo que percibes.
El verdadero desafío aquí es cambiar tu relación con el tiempo. Nuestras creencias sobre el pasado, presente y futuro están profundamente arraigadas, y nos cuesta mucho soltarlas. Pero es precisamente este apego al tiempo lineal lo que nos impide ver la verdad atemporal que Jesús quiere enseñarte.
A medida que practiques esta lección, empezarás a notar cómo tu visión del mundo se transforma. Ya no verás objetos y personas a través del filtro de tus recuerdos, sino que podrás contemplarlos con ojos nuevos, libres de las distorsiones del pasado. Esta es la clave para empezar a entender realmente lo que te rodea, sin las limitaciones de tu percepción actual.
Así que te invitamos a que te entregues a esta práctica con valentía y determinación. Deja que Jesús te guíe hacia una visión más clara y libre de la realidad. Cuando logres soltar el pasado, descubrirás un mundo lleno de posibilidades, esperando a ser visto y comprendido de una manera completamente nueva.
Preguntas para la autoreflexión:
- ¿De qué manera tu percepción del mundo y de las personas a tu alrededor está distorsionada por tus experiencias pasadas? ¿Puedes dar ejemplos concretos?
- ¿Qué significa realmente “ver el pasado“ en lugar de ver el presente? ¿Cómo afecta esto a tu experiencia de la vida?
- ¿Qué tan profundamente arraigadas están tus creencias sobre el tiempo y cómo crees que podrías empezar a cuestionarlas?
Profundiza en la Lección del día 7 de UCDM
Puntos clave de la lección 7
- Comprende que cuando miras cualquier objeto o persona, no estás viendo la realidad presente, sino que estás proyectando tus experiencias y pensamientos pasados sobre ello. Tu percepción está distorsionada por el pasado.
- Entiende que el significado que les das a las cosas no proviene de ellas mismas, sino de tus propias experiencias previas. Nada tiene un significado intrínseco.
- Reconoce que esta idea se aplica a todo lo que ves a tu alrededor. Estás constantemente revisando el pasado en lugar de ver el presente.
- Comprende que cambiar esta percepción basada en el tiempo es un gran desafío, ya que nuestras creencias sobre el tiempo están profundamente arraigadas.
- Date cuenta de que la práctica de la observación consciente, reconociendo que sólo ves el pasado, es clave para liberarte de esta distorsión.
Aplicación práctica en tu vida diaria
- Cuando mires un objeto, en lugar de ver simplemente “la taza”, observa cómo estás recordando haberlo usado, sentido su textura, pensado en su diseño. Ves el pasado, no el presente.
- Al mirar a una persona conocida, nota cómo estás proyectando tus experiencias previas con ella, en lugar de verla realmente en este momento.
- Cuando observes cualquier objeto o situación, repite mentalmente “Sólo veo el pasado en esto“ para darte cuenta de que tu percepción está distorsionada por el pasado.
Ejercicio de reflexión y práctica
Siéntate en silencio y observa con atención todo lo que te rodea. Cuando fijes tu mirada en un objeto, una persona o una situación, nota cuidadosamente cómo tu mente automáticamente evoca recuerdos y experiencias pasadas relacionadas con ello. Sé consciente de cómo esto distorsiona tu percepción de la realidad presente.
Ahora, practica la observación consciente. Cuando mires algo, repite mentalmente “Sólo veo el pasado en esto“. Deja que esta idea penetre profundamente. Siente cómo tu mente se libera gradualmente de la prisión del pasado y empieza a estar más presente.
Continúa esta práctica durante varios minutos, aplicándola a todo lo que capte tu atención. Observa cómo tu experiencia del mundo se transforma a medida que dejas de proyectar el pasado y empiezas a ver con ojos nuevos. Nota la paz y la claridad que esto trae a tu mente.
Meditación guiada de la lección 7 del Libro de Ejercicios UCDM
Cierra suavemente los ojos y comienza a centrarte en tu respiración. Toma una respiración profunda, inhalando lentamente por la nariz. Siente cómo el aire fresco llena tus pulmones, expandiendo tu abdomen. Mantén la respiración por un momento… y luego exhala suavemente por la boca, dejando que se disuelva cualquier tensión o preocupación. Haz esto dos veces más: inhala… y exhala, sintiendo cómo te liberas de todo lo que no necesitas en este momento.
Ahora, lleva tu atención a tu cuerpo. Siente el contacto de tu cuerpo con la superficie donde estás sentado. Imagina que con cada exhalación, te vuelves más ligero y relajado. Siente cómo los músculos de tu cuerpo se aflojan, comenzando desde la cabeza y bajando hasta los pies. Deja que cada parte de ti se entregue a la calma.
Visualiza un espacio en blanco. Imagina que te encuentras en un vasto vacío, donde todo es puro y sin formas. Este es un lugar seguro, un lienzo en blanco para tu mente. Poco a poco, comienza a notar cómo objetos empiezan a aparecer a tu alrededor: una taza, un lápiz, una mano, un rostro. Tómate un momento para observar cómo cada uno se presenta ante ti.
A medida que cada objeto aparece, nota cómo tu mente, de manera automática, intenta etiquetarlos y darles un significado. Tal vez pienses en lo que representan o en experiencias pasadas relacionadas con ellos.
Ahora, haz un esfuerzo consciente por “borrar” todo ese conocimiento previo. Imagina que puedes usar una esponja mental para limpiar las etiquetas y los significados que has asignado. Visualiza cómo cada objeto se vuelve nuevo y misterioso, como si lo estuvieras viendo por primera vez. Siente la libertad y la apertura que surge al no aferrarte a tus interpretaciones habituales.
Reconoce que eres el observador. Eres quien está experimentando, separado de lo que observas. Tu verdadero ser trasciende todas las etiquetas y percepciones. Eres más que tus pensamientos y recuerdos; eres pura conciencia, presente en este momento.
Expande esta conciencia a todo lo que te rodea. Observa cada objeto y repite mentalmente: “Solo veo el pasado en esta taza. Solo veo el pasado en este lápiz. Solo veo el pasado en esta mano. Solo veo el pasado en ese rostro.”
Siente cómo tu percepción se transforma. Ya no estás viendo los objetos tal como los conocías; estás reconociendo que solo estás reviviendo tus experiencias pasadas relacionadas con ellos. Recuerda que nada tiene un significado intrínseco; el significado proviene de tu propio pasado.
Permite que esta comprensión te libere. Ya no estás atrapado en la prisión de tus recuerdos y pensamientos. Imagina cómo se disuelven esas cadenas, permitiéndote ver el mundo con ojos nuevos. La claridad comienza a llenar tu mente y tu corazón.
Practica esta observación consciente. Cada vez que notes algo a tu alrededor, aplica este principio. Observa cómo tu experiencia del mundo se transforma a medida que dejas de proyectar el pasado y comienzas a ver con una visión más clara y presente.
Ahora, dirígete nuevamente a tu respiración. Siente cómo el aire entra y sale suavemente, como un suave vaivén. Con cada inhalación, absorbe la calma y la claridad. Con cada exhalación, suelta cualquier resto de carga emocional o mental.
Recuerda que puedes acceder a esta perspectiva de “no entender” en cualquier momento, liberándote de las limitaciones de tu percepción actual.
Cuando estés listo, comienza a traer tu conciencia de vuelta al presente. Siente el contacto de tu cuerpo con la superficie donde estás sentado, y poco a poco, comienza a mover los dedos de las manos y los pies.
Cuando te sientas preparado, abre lentamente los ojos, llevando contigo esta nueva conciencia. Al mirar a tu alrededor, repite mentalmente: “Solo veo el pasado en esto”.
Utiliza esta afirmación a lo largo de tu día: “Hoy elijo ver el mundo con ojos nuevos, liberándome de las ataduras del pasado y abrazando cada momento como una nueva oportunidad.”
Conclusión: Liberando la percepción
La lección de “sólo veo el pasado“ es una invitación a liberarte de las limitaciones de tu percepción actual. A medida que practiques observar conscientemente y reconocer cuánto dependes del pasado, empezarás a ver el mundo con ojos nuevos, libres de las distorsiones que te han mantenido atrapado.
Esta es la clave para entender realmente lo que te rodea y para empezar a experimentar la paz y la claridad que vienen de soltar el pasado. Sigue adelante en este camino de transformación, pues te llevará cada vez más cerca de tu verdadera naturaleza.