¿Te presionas demasiado? Avanza sin culpas

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No tienes que hacerlo perfecto. Solo tienes que recordar quién eres

Laura se había despertado con el habitual sentimiento de frustración. Tenía muchos compromisos, pero lo que más pesaba en su mente era que, por tercer día consecutivo, no había hecho “como toca” los ejercicios de Un Curso de Milagros. Al mirarse al espejo, pensó: «Soy un desastre, nunca lo haré bien».

Ese pensamiento la mantuvo bloqueada todo el día. Por la noche, mientras releía las lecciones, se detuvo en una frase que no había notado antes: “No te juzgues. No te crucifiques a ti mismo”. Fue como si alguien le hubiera quitado de un tirón un peso enorme de los hombros. ¿Por qué era tan dura consigo misma?

Esa noche, Laura se prometió algo: practicaría desde el amor, no desde las exigencias. Porque, en el fondo, Jesús le había pedido practicar con amabilidad, no perfección.

¿Te resuena esa sensación de autoexigencia? Pues este puede ser el momento de cambiar la perspectiva.

¿Por qué nos exigimos tanto incluso en nuestra espiritualidad?

Piensa en ello por un momento: ¿quién te dijo alguna vez que debías ser perfecta/o para merecer el amor de Dios o encontrar paz? Probablemente, nadie. Sin embargo, seguimos poniéndonos estándares imposibles, especialmente en caminos de transformación personal como Un Curso de Milagros.

Y aquí está la verdad: esa necesidad de ser impecable no es otra cosa que el ego disfrazado de perfeccionismo. El ego siempre buscará formas de separarnos, incluso del amor hacia nosotros mismos. Nos dice cosas como: “Si no haces este ejercicio bien, no estás avanzando”, o “El progreso espiritual requiere que nunca cometas errores”. Todo esto refuerza la culpa, el juicio y la separación.

Por eso, aprender a practicar los ejercicios con bondad y sin autocondenación es clave para avanzar. Jesús nos recuerda que el curso no está diseñado para tu perfección, sino para hacerte recordar que ya eres amor, incluso con tus imperfecciones.

Cómo integrar la amabilidad de Jesús en tu práctica

Cuando Jesús nos habla en el curso, lo hace desde una dulzura constante. Nos enseña a practicarnos a nosotros mismos la misma bondad que Él representa. Pero, ¿cómo llevar eso a la práctica real? Aquí tienes algunas claves:

Acepta tus limitaciones con naturalidad

No se trata de ir contra la corriente de tu vida diaria, ni de imponerte una lista interminable de “deberías”. Jesús lo explica claro: no conviertas la práctica del curso en un ritual mecánico. Si un día te olvidas o no lo haces de forma “perfecta”, abraza ese momento como parte del proceso.

“No te crucifiques con ellas. No trates de hacerlas perfectas. No te sientas culpable cuando creas que has fallado.”

Recuerda el propósito: amar, no corregir

El objetivo no es ejecutar las lecciones a la perfección, sino recordarte quién eres realmente. Cada vez que te juzgues, suelta el control y vuelve al propósito: este camino es una invitación a vivir desde el amor, no desde las exigencias.

Habla contigo como Jesús hablaría contigo

¿Imaginas a Jesús diciéndote algo como: “Lo has hecho mal. Deberías estar más avanzado”? No, ¿verdad? Entonces, ¿por qué te hablas así a ti misma/o? Cambia tu narrativa interna. En lugar de castigarte por no hacer lo suficiente, pregúntate: “¿Qué puedo aprender de este momento?”

Cultivando paciencia y perseverancia

El despertar espiritual no es como encender la luz de una habitación: no ocurre de inmediato. Es un proceso. Y en cualquier proceso, habrá días buenos y otros donde sentirás que no avanzas en absoluto.

Jesús nos invita a practicar con paciencia y perseverancia. Piensa en ello como plantar semillas: aunque no veas resultados visibles de inmediato, cada gesto cuenta, cada práctica añade un ladrillo más a tu despertar.

La clave está en no desesperarte. Si hoy no fue el día más productivo espiritualmente, abrázalo como parte del camino. Nadie te está evaluando.

¿Qué se espera de ti?

Si este camino no es de perfección ni autoexigencia, ¿qué se espera realmente de ti? Estas son las cinco actitudes clave que puedes empezar a cultivar desde ya:

Cuestiona tus creencias limitantes

Pregúntate: ¿Cuáles son esas ideas sobre ti que están frenando tu progreso? Quizá pienses que debes “hacerlo todo bien” o que “todavía no estás preparado/a”. Atrévete a desafiarlas.

Practica con amabilidad

Cuando vuelvas a realizar los ejercicios, hazlo desde un lugar de calma y bondad. Si algo no sale bien, simplemente inténtalo de nuevo, sin juicios.

Sé paciente y constante

Recuerda que el proceso es gradual. Cree en el valor de cada pequeño paso; todo suma.

Permite que Jesús te guíe

Cuando no sepas cómo avanzar, siéntate en silencio y entrega el momento. Dile: “Jesús, guíame hoy, porque no sé cómo hacerlo solo/a”.

Confía en ti y en tu camino

Nadie está mejor preparado que tú para hacer este trabajo. Tienes todas las herramientas necesarias dentro de ti.

Preguntas para reflexionar

  • Cuando te miras al espejo, ¿qué frases te dices? ¿Son amables o críticas?
  • ¿Qué sueles hacer cuando crees que has cometido un error? ¿Te castigas o lo aceptas como aprendizaje?
  • ¿Cómo puedes empezar a hablar contigo con más compasión y menos juicio?

Conecta con tu autocompasión

Este es un sencillo ejercicio que puedes hacer hoy mismo:

Encuentra un lugar tranquilo donde sentarte.
Coloca una mano en tu pecho y cierra los ojos.
Respira profundamente y, mientras lo haces, repite mentalmente estas palabras:

“Soy suficiente tal como soy. Me permito fallar y aprender. Practico este camino con amor hacia mí mismo/a.”

Permite que estas palabras te llenen de calidez.

Haz esto cada vez que sientas que el perfeccionismo o el juicio intentan colarse en tu mente. Con el tiempo, notarás cómo tu autocompasión empieza a crecer.

Cuando practicas desde el amor, todo cambia

El amor hacia ti misma/o no solo transforma tu práctica, sino que se refleja en todo lo que haces. Porque Un Curso de Milagros no te pide perfección. Solo te pide recordar que ya eres amor, incluso en tus días más caóticos.

Deja que la bondad de Jesús te inspire. Sé amable contigo y sigue practicando, un paso a la vez.

Hoy, elige hablarte con amor. ¿Cuál será tu primer pensamiento bondadoso hacia ti misma/o?

Consultas de Un Curso de Milagros

Recursos y enseñanzas que ayudan a profundizar en Un Curso de Milagros. Acompañamos a los estudiantes del curso en su viaje de despertar espiritual

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