Capítulo 7: Los Regalos del Reino

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Consultas de Un Curso de Milagros

Introducción a Los Regalos del Reino

El Capítulo 7 de Un Curso de Milagros, titulado “Los Regalos del Reino“, nos invita a explorar la naturaleza de los verdaderos regalos que Dios nos ofrece y cómo podemos reconocerlos y compartirlos. Este capítulo profundiza en la diferencia entre los regalos del ego y los regalos del Espíritu, enseñándonos a valorar lo eterno sobre lo temporal.

Resumen del capítulo

“Los Regalos del Reino“ aborda la idea de que los verdaderos regalos son aquellos que provienen de Dios y que tienen un valor eterno. El capítulo enfatiza que estos regalos, como el amor, la paz y la alegría, son ilimitados y pueden ser compartidos sin perderlos. Contrasta estos regalos con los “regalos“ del ego, que son temporales y basados en la escasez.

El capítulo también explora cómo nuestras percepciones distorsionadas nos impiden reconocer y aceptar los verdaderos regalos, y cómo podemos aprender a ver y valorar lo que realmente importa.

Principios fundamentales de Los Regalos del Reino

  1. Los verdaderos regalos provienen de Dios y son eternos.
  2. Compartir los regalos del Reino los multiplica.
  3. La percepción correcta nos permite reconocer los verdaderos regalos.
  4. El ego ofrece “regalos“ basados en la escasez y el miedo.
  5. Aceptar los regalos de Dios es aceptar nuestra verdadera herencia.

Conceptos Clave del Capítulo

Regalos del Reino: El Curso enseña que los verdaderos regalos son aquellos que provienen de Dios y tienen un valor eterno, como el amor, la paz y la alegría.

Percepción correcta: Se enfatiza la importancia de ver correctamente para poder reconocer y aceptar los regalos de Dios.

Compartir vs. Sacrificar: El capítulo distingue entre compartir los regalos del Reino, lo cual los multiplica, y sacrificar, que es un concepto del ego.

Abundancia vs. Escasez: Se contrasta la abundancia de los regalos de Dios con la escasez inherente a los “regalos“ del ego.

Herencia divina: El capítulo nos recuerda que aceptar los regalos de Dios es reclamar nuestra verdadera herencia como Hijos de Dios.

Explorando Los Regalos del Reino

La Naturaleza de los Verdaderos Regalos

Los regalos del Reino son fundamentalmente diferentes de lo que el mundo considera valioso. Son eternos, ilimitados y se multiplican al compartirlos. Estos regalos incluyen el amor, la paz y la alegría que provienen de Dios.

“El Reino, al igual que el mundo real, es el resultado de premisas. Podrías quizá decir que el sistema de pensamiento completo que da lugar al Reino descansa sobre la idea de dar. Dar es tan fundamental en el Reino que es sinónimo de ‘ser’. Por consiguiente, en el Reino dar significa ‘conservar’. Esto es así porque lo que das se conserva en tu mente.“ (T-7.I.5:1-5)

Esta cita nos recuerda que en el Reino de Dios, dar y conservar son lo mismo, lo cual es opuesto a la lógica del mundo. Al dar los regalos del Reino, no los perdemos, sino que los fortalecemos en nuestra propia mente.

La Percepción Correcta y los Regalos

Para reconocer y aceptar los regalos del Reino, necesitamos desarrollar una percepción correcta. Esto implica ver más allá de las apariencias y valorar lo que es verdaderamente eterno.

“La percepción correcta es necesaria para que la curación natural tenga lugar. Mientras percibas cualquier cosa como carente de valor, tu percepción será incorrecta y no podrás curar.“ (T-7.II.2:1-2)

Esta cita subraya la importancia de la percepción correcta en nuestro proceso de sanación y crecimiento espiritual. Al ver el valor en todo y en todos, abrimos nuestra mente a los regalos del Reino.

Compartir los Regalos del Reino

Un aspecto crucial de los regalos del Reino es que se multiplican al compartirlos. A diferencia de los recursos materiales, el amor, la paz y la alegría aumentan cuando los damos a otros.

“Dar un regalo es lo mismo que recibirlo. Y es también lo mismo que aceptarlo. Si quieres ofrecer un regalo a alguien, tienes primero que aceptarlo tú mismo. Si quieres que otro lo acepte, acéptalo tú primero.“ (T-7.IV.3:1-4)

Esta enseñanza nos recuerda que al compartir los regalos del Reino, no solo beneficiamos a otros, sino que también fortalecemos estos regalos en nosotros mismos.

Los “Regalos“ del Ego vs. los Regalos de Dios

El capítulo contrasta los verdaderos regalos del Reino con los “regalos“ ilusorios que ofrece el ego. Mientras que los regalos de Dios son eternos y basados en la abundancia, los del ego son temporales y basados en la escasez.

“El ego valora sólo lo que arrebata. Esto lleva a que le preocupe la idea de la pérdida, lo cual, a su vez, hace que se sienta amenazado. Quiere dar, pero sólo para sí mismo.“ (T-7.VII.9:1-3)

Esta cita ilustra la naturaleza del ego y cómo sus “regalos“ siempre conllevan pérdida y miedo. En contraste, los regalos de Dios son dados libremente y sin condiciones.

Aceptando Nuestra Herencia Divina

Aceptar los regalos del Reino es, en esencia, reclamar nuestra verdadera herencia como Hijos de Dios. Este proceso implica reconocer nuestro valor inherente y el de todos nuestros hermanos.

Imagina que eres el heredero de un reino inmenso y abundante. Durante años has vivido como un mendigo, creyendo que no tenías nada. Un día, descubres la verdad sobre tu herencia. Los regalos del Reino son como esa herencia olvidada – siempre han sido tuyos, pero necesitas reconocerlos y aceptarlos.

Al igual que el heredero que debe aprender a vivir de acuerdo con su verdadera identidad, tú debes aprender a vivir desde la abundancia y el amor que son tu derecho de nacimiento. Cada vez que eliges perdonar, amar incondicionalmente o compartir la paz, estás reclamando un poco más de tu herencia divina.

Integrando Los Regalos del Reino en Tu Vida

  • Reconoce que los verdaderos regalos son eternos y provienen de Dios.
  • Practica la percepción correcta para ver el valor en todo y en todos.
  • Comparte los regalos del amor, la paz y la alegría, sabiendo que al hacerlo, los multiplicas.
  • Distingue entre los “regalos“ temporales del ego y los regalos eternos de Dios.
  • Acepta tu herencia divina reconociendo tu valor inherente y el de los demás.

Aplicar estos principios en tu vida diaria, observando cómo cambia tu experiencia cuando eliges valorar y compartir los regalos del Reino. Recuerda, cada momento es una oportunidad para dar y recibir estos regalos eternos.

Preguntas para la Reflexión Personal

  1. ¿Cómo puedes distinguir entre los “regalos“ del ego y los verdaderos regalos del Reino en tu vida diaria?
  2. ¿De qué manera has experimentado la multiplicación de los regalos del Reino al compartirlos?
  3. ¿Cómo podrías practicar la percepción correcta para reconocer más fácilmente los regalos de Dios?
  4. ¿Qué aspectos de tu “herencia divina“ te resultan más difíciles de aceptar y por qué?
  5. ¿Cómo podrías integrar más conscientemente el acto de dar y recibir los regalos del Reino en tus relaciones?

Ejercicio Práctico: Reconociendo y Compartiendo los Regalos del Reino

  1. Dedica 10 minutos cada mañana durante una semana a este ejercicio.
  2. Siéntate en un lugar tranquilo y cierra los ojos.
  3. Respira profundamente y centra tu atención en tu corazón.
  4. Visualiza una luz dorada en tu corazón que representa los regalos del Reino.
  5. Piensa en tres regalos eternos que has recibido (por ejemplo, amor, paz, alegría).
  6. Para cada regalo, visualiza cómo lo compartes con alguien en tu vida.
  7. Observa cómo al compartirlo, el regalo se fortalece y crece en ti.
  8. Termina el ejercicio con gratitud por estos regalos eternos.
  9. Durante el día, mantén la conciencia de estos regalos y busca oportunidades para compartirlos.

Practica este ejercicio diariamente durante una semana, observando cómo cambia tu percepción y experiencia de los regalos del Reino.

Glosario

Regalos del ReinoDones eternos provenientes de Dios, como el amor, la paz y la alegría.

Percepción correctaCapacidad de ver más allá de las apariencias y reconocer el valor eterno en todo.

Herencia divinaNuestro derecho de nacimiento como Hijos de Dios, que incluye todos los regalos del Reino.

EgoSistema de pensamiento basado en la separación y la escasez.

CompartirActo de dar los regalos del Reino, lo cual los multiplica en lugar de disminuirlos.

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